RITO DE BENDICION DE UNA CASA

(FORMULA PARA BENDICION IMPARTIDA POR UN LAICO)

Enviado por: Miguel de la Arquidiócesis de Salta, Argentina, lopezmena@lycos.com

 

MINISTRO: (haciendo la señal de la cruz) Nos ponemos en la presencia del Señor, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

TODOS: Amén.

MINISTRO: Que nuestro Señor Jesucristo, nos conceda por su Espíritu, la Gracia de compartir junto a El la bendición de esta casa.

TODOS: Amén.

MINISTRO: (Dispone a los presentes para la celebración con estas palabras u otras semejantes) Queridos hermanos, dirijamos nuestra ferviente oración a Cristo, que quiso nacer de la Virgen María y habitó entre nosotros, para que se digne entrar en esta casa y bendecirla con su presencia. Cristo, el Señor, está aquí, en medio de ustedes, fomente su caridad fraterna, participe en sus alegrías y los consuele en las tristezas. Y ustedes, guiados por las enseñanzas y ejemplos de Cristo, procuren, ante todo, que esta casa que hoy bendecimos sea hogar de caridad, desde donde se difunda ampliamente la fragancia de Cristo. (Luego, el ministro o alguno de los presentes, lee el texto escogido):

 

MINISTRO: Escuchemos ahora las palabras del Evangelio según San Lucas (Lc 19,1-9).:

"En aquel tiempo, Jesús fue a la ciudad de Jericó y caminaba por las calles. Había allí un hombre llamado Zaqueo, que era el jefe de los publicanos y hombre muy rico. Sentía mucha curiosidad por ver a Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de baja estatura. Se adelantó corriendo y se subió a un árbol para verle, pues iba a pasar por allí. Cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: ‘Zaqueo, baja pronto porque conviene que hoy me quede yo en tu casa’. Se apresuró a bajar y lo recibió con alegría. Al verlo, todos murmuraban diciendo: ‘Ha ido a hospedarse a la casa de un hombre pecador’. Zaqueo, puesto en pie dijo al Señor: ‘Daré la mitad de mis bienes a los pobres, y si en algo defraudé a alguien, le devolveré el cuádruple’. Jesús le dijo: ‘Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham’".

 

SALMO: EL SEÑOR NOS CONSTRUYA LA CASA

Si el Señor no construye la casa,

en vano se cansan los albañiles;

si el Señor no guarda la ciudad,

en vano vigilan los guardianes.

Es inútil que madruguen,

que velen hasta muy tarde,

comiendo el pan de sus fatigas.

¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

La herencia que da el Señor son los hijos;

una recompensa, el fruto del vientre:

Como flechas en las manos del guerrero,

así son los hijos de la juventud.

(El ministro explica brevemente el texto leído, explicando el sentido de la bendición de la casa)

PLEGARIA COMUN (Es muy conveniente pedir a los dueños de casa, que agreguen sus intenciones personales al final).

MINISTRO: Con ánimo agradecido y gozoso invoquemos al Hijo de Dios, Señor del Cielo y de la tierra, que hecho hombre, habitó entre nosotros, y digamos: "Quédate con nosotros, Señor".

ORACION DE BENDICION

MINISTRO (Explica que va a pedir la bendición sobre el agua. Con las manos juntas:) Asiste Señor a estos servidores tuyos, que al ofrecerte hoy su vivienda, imploran humildemente tu bendición, para que, mientras vivan en ella, sientan tu presencia protectora; cuando salgan, gocen de tu compañía; cuando regresen, experimenten la alegría de tenerte como huésped, hasta que lleguen felizmente a la estancia preparada para ellos en la casa de tu Padre. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.

TODOS: Amén

MINISTRO (mientras rocía las habitaciones de la casa con el agua bendita): Bendice Señor esta casa y a los que en ella habitan, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

TODOS: Amén.

ORACION FINAL

MINISTRO: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa". Dios ha venido hoy a nuestra casa, y quiere quedarse. Vamos a dar gracias a Dios por ser una familia cristiana. Tomados de la mano rezamos el Padrenuestro.

TODOS: Padre nuestro...

MINISTRO: Y vamos a saludar también a nuestra Madre, la Virgen María, la Madre que Jesucristo nos regaló, para que ella también habite en nuestra casa y los proteja bajo su manto.

TODOS: Dios te salve, María...

MINISTRO: Te pedimos Señor, que esta familia viva siempre unida en la fe y en el amor, cumpliendo tus mandamientos y sirviendo a los hermanos. Y te pedimos que derrames sobre nosotros tu bendición en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

TODOS: Amén.