- CAMINO MISIONERO -

- Los temas del Kerygma: Tema 4 -

- FE Y CONVERSION -

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Objetivo:

Mover a los participantes a hacer su profesión de fe, proclamando a Cristo como su salvador personal y que se propongan una conversión de vida para entregarse a Jesús por entero y vivir de acuerdo a sus enseñanzas.

 

Marco Teórico:

Por su obra redentora, Jesucristo ofrece a todo hombre la salvación y el perdón de los pecados. Pero es necesario que cada hombre haga propia esta salvación. Y esto se logra mediante la fe y la conversión.

La fe consiste no solo en creer en Dios sino en creerle a Dios, confiar en sus promesas y obedecer sus mandatos. Es preciso primero aceptar a Jesucristo como Salador personal y renunciar a cualquier otra cosa que pudiese apartarnos de El.

La conversión implica cambiar nuestra vida, dejando todo aquello que se opone a la voluntad divina y viviendo según el estilo de vida que nos propone Dios por medio de Jesucristo.

(Lecturas complementarias para el animador: CIC 150-184; 1990-1994)

 

Dinámica

Se solicita un voluntario, al que se le vendarán los ojos. Se ayuda al voluntario a subirse a una silla o algún lugar con una altura similar. Se pide otro voluntario que se colocará junto al que tiene los ojos vendados, a quien se le indica que debe dejarse caer, y que el otro lo recibirá en sus brazos. A algunos se les dirá que quien los va a recibir es alguno del grupo que sea bastante fuerte y a otros se les dirá que los va a recibir alguno del grupo menudo y débil (para influir en la confianza para dejarse caer).

 

Luego de repetir la dinámica con otros voluntarios, se invita a los participantes que se dejaron caer, a compartir las experiencias vividas. Las preguntas que se harán son:

 

 

De lo compartido puede llegarse a descubrir lo siguiente:

 

 

Para concluir la dinámica, se deja en claro lo que se ha deducido de la misma:

 

Fe y Conversión

Con la salvación que nos trajo Jesucristo ocurre lo mismo. En el encuentro anterior, dijimos que El ya nos salvó… de una vez y para todas, no hace falta nada más de su parte. …Pero todavía no: hace falta que nosotros hagamos nuestra esa salvación. ¿Y cómo se hace nuestra esa salvación? Tiene mucho que ver con lo que acabamos de vivir en la dinámica.

 

1° paso: Tener fe:

-Mt 9,1-2: Curación de un paralítico

-Mt 9,20-22: Curación de una mujer con flujo de sangre

-Mt 9,27-29: Curación de 2 ciegos

-Mt 15,21-28: Curación de la hija de una cananea

-Mc 10,46.51-52: Curación del ciego de Jericó.

-Lc 7,36-38.48.50: La pecadora arrepentida

-He 14,8-10: Pablo cura a un cojo

 

Pedir a los participantes que descubran el común denominador en todos ellos: el requisito indispensable para que el enfermo fuera curado, era que tuviera fe. Quien obra el milagro, siempre termina diciendo: "Vete, tu fe te ha salvado". Lo mismo ocurre con nosotros. El primer requisito para que recibamos la Salvación de Jesucristo es que tengamos fe.

 

 

 

Cuento: Papá Bombero.

"Se había desencadenado un incendio terrible en una casa. Los bomberos habían llegado hace rato y luchaban desesperadamente por apagar el fuego, pero las llamas crecían cada vez más. En una ventana del primer piso, lloraba un niño y abajo, varios bomberos le gritaban que salte, que abajo lo esperaban con una cama elástica, pero no había caso. El niño no quería saltar: solamente lloraba. La planta baja estaba totalmente cubierta de fuego, por lo que era imposible intentar entrar para sacar al niño, así que los bomberos y la gente que se había arremolinado, gritaban insistentemente pidiendo al niño que salte, que no había peligro, que era seguro, sin conseguir nada.

 

De pronto apareció a toda velocidad otro carro de bomberos, y bajó de él un hombre joven, luciendo su traje de bombero y su casco rojo. "¡Salta, Carlitos, que yo te recibiré!", gritó. Inmediatamente el niño se arrojó por la ventana y cayó en los brazos del bombero.

 

Los bomberos que estaban de antes, se sintieron heridos en su amor propio porque habían estado intentando largo rato que el niño saltase, sin resultado, y este bomberito llegaba y con pedir una sola vez, lograba lo que ellos no habían podido. "¿Por qué cuando nosotros te pedíamos que saltes no lo hiciste, y cuando llegó este hombre saltaste al instante?", preguntaron algo molestos al niño, a lo que éste respondió mientras abrazaba al bombero que lo sostenía en brazos: "Porque éste es mi papá".

 

Así es la fe. Es esa confianza ciega que cree aunque no ve, porque sabe en quién la está poniendo. El niño no saltaba porque no tenía confianza en esos hombres que no conocía, pero cuando apareció su padre, se arrojó inmediatamente a sus brazos, aunque el humo le impedía verlo, pero oía esa voz que conocía y que lo conocía a él. Al igual que en el juego, la confianza o no para dejarse caer dependía de quién fuera la persona que lo iba a recibir.

 

La fe tiene, entonces, dos facetas:

 

 

-Ante la pregunta del carcelero: "¿Qué debo hacer para alcanzar la salvación?", Pablo le responde: "Cree en el Señor Jesús y te salvarás tú y toda tu familia" (He 16,30-31)

-"El que crea y sea bautizado se salvará. El que no crea se condenará" (Mc 16,16)

-"Todo el que crea en El, alcanza por su nombre el perdón de los pecados" (He 10,43)

-"Ustedes deben saber que la remisión de los pecados le ha sido anunciada por El. Y la justificación que ustedes no podían alcanzar por la Ley de Moisés, gracias a El la alcanza todo el que cree" (He13,38-39)

 

 

2° Paso: Conversión

Pero para recibir la salvación de Jesucristo, no basta solamente con "creer" en El y en su salvación. Para que el niño del cuento fuera rescatado de las llamas, no bastó con que creyese en que su papá estaba ahí abajo, sino que tuvo que "saltar". Este acto de valentía y de confianza plena, se llama Conversión.

 

 

 

 

Cuento "El elefante atado a la estaca".

"Cada vez que voy a un circo, me llama poderosamente la atención la imagen del elefante, grande e imponente, con una pata atada con una cadena a una pequeña estaca clavada al suelo. ¿Alguna vez han prestado atención? ¿Nunca se han preguntado cómo es posible que semejante animal se deje retener por una pequeña estaca clavada en el suelo? ¿Cómo semejante bestia capaz de arrancar de cuajo un árbol con su trompa permanece atado a una minúscula estaca que le sostiene una pata?

 

Ocurre que alguna vez ese inmenso animal, fue un elefantito bebé, del tamaño de un ternero. Y siendo pequeño, ataron su débil patita a una cadena y con ella a una estaca clavada en el suelo. El pequeño animalito tironeó y tironeó para tratar de soltarse, sin lograrlo. Tal vez pasó días jalado de la cadena intentando liberarse, sin conseguirlo. Así luchó y forcejeó hasta que por fin, un día, exhausto cayó rendido al suelo, dándose por vencido.

 

Pasaron los años, y el bebé elefantito se convirtió en un enorme elefante adulto y fuerte. Pero de su memoria no se ha borrado nunca aquella imagen de haberse sentido derrotado por la estaca, y de aquellos frustrantes días de forcejeo. Hoy, siendo un adulto, cuando siente su pata atada a la estaca, ni siquiera intenta liberarse, porque en su interior sigue siendo el elefantito bebé derrotado por la pequeña estaca…"

 

En nuestra vida ocurre lo mismo. Después de tantos años de vivir esclavizados al pecado, nos hemos acostumbrado a sentirnos más débiles que el pecado. Sin embargo, Jesús, por medio de su muerte y resurrección nos ha dado la fuerza suficiente para liberarnos, pero hace falta que nosotros nos demos cuenta y demos el gran paso: la conversión.

 

Oración:

Se invita a los participantes a realizar un Acto de Fe y un Acto de Conversión, diciéndole a Jesús que creemos en El, que lo amamos y que queremos que entre en nuestras vidas y las transforme.

 

Como motivación puede utilizarse la advertencia de Jesús: "Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y me abre, entraré a él…" (Ap. 3,20)

 

Cantos: "Déjame nacer de nuevo" u otro similar.

 

 

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