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Qué hacen los misioneros

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(al comenzar la representación, aparecen dos amigos conversando)

 

Amigo: Ché, contame ¿qué es lo que hacen ustedes los misioneros cuando se van de misión?

 

Misionero: Vamos a evangelizar, a llevar a Cristo a aquellos que no lo conocen.

 

Amigo: Pero ¿cómo es la cosa? ¿Van a cualquier lado y se instalan en una capilla a dar sermones y rezar el rosario?

 

Misionero: No precisamente... Vení que te cuento. La cosa es más o menos así...

 

(a partir de ahora, el grupo va representando lo que se cuenta, haciendo participar a gente del público)

 

Misionero: Primero que nada, elegimos el lugar, ya sea un pueblo o un barrio. Hay muchos lugares en los que el párroco que los atiende tiene una zona tan grande a su cargo, que puede ir muy de vez en cuando, si es que va. Puede ser que el Párroco mismo nos solicite ir a misionar a ese lugar, o de lo contrario, vamos nosotros a pedir su autorización. Una vez elegido el lugar, vamos a atenderlo durante dos o tres años, durante nuestras vacaciones, así que llegado Enero, partimos para allá. Nos instalamos en una escuela o en la capilla del pueblo, que durante una semana será nuestro "centro de misión".

 

Las mañanas son de las familias. Todas las mañanas, Biblia en mano, vamos a visitar las casas del pueblo para conocer a las familias, compartir su realidad y llevarles una palabra de afecto y de aliento. Si la familia lo desea, compartimos un momento de oración con ellos y podemos bendecir su casa. Claro que en algunas casas nos reciben muy bien, y en otras ni si quiera nos reciben.

 

Llegado el mediodía, volvemos a nuestro centro de misión, donde almorzamos juntos. Ahí todos compartimos las tareas, desde la cocina hasta el lavado de platos, la limpieza del comedor, dormitorio y baños.

 

Por las tardes, les toca el turno a los niños. Reunimos a todos los chicos que acepten nuestra invitación para jugar y cantar. Entre juegos y cantos hay un momento para la catequesis: aquí les hablamos a los chicos de Dios, de su hijo Jesús y de la Virgen María, y les enseñamos a quererlos. No puede faltar el mate cocido, para el cual, los chicos han traído cada uno sus tazas. Luego del mate cocido, despedimos a los chicos hasta el día siguiente.

 

Acercándose la nochecita, llega el momento de la Celebración de la Palabra diaria, o Misa si es que un sacerdote nos acompaña. Aquí se invita a toda la famila, grandes y chicos. A lo largo de los días que dure la misión, vamos anunciándoles paso a paso el mensaje de Dios que nos ama, y que por medio de su Hijo Jesucristo nos salva y nos pide un cambio de vida.

 

Cada noche, antes de ir a dormir, nos juntamos para evaluar cómo nos fue durante el día, y para rezar en comunidad.

 

Otras actividades que podemos realizar en una misión son un pesebre o viacrucis viviente, depende de la época del año, talleres bíblicos y peñas folclóricas, campeonatos de algún deporte o de truco. Para la clausura de la Misión, seguro que hay una Misa, con procesión y todo. En algunas ocasiones, si el Obispo y el Párroco lo autorizan, y si hubo tiempo de una adecuada preparación, pueden celebrarse bautismos, confirmaciones y hasta casamientos.

 

Una cosa importante que tratamos de hacer en toda misión, es buscar algunas personas que tengan aptitudes como para animar la comunidad cristiana del lugar, organizando rezos del Rosario o Celebraciones de la Palabra semanales, los fines de semana que no haya Misa, y si hay Misa, que ayuden al Padre. La intención es que a lo largo de los dos o tres años que volvamos a ese lugar de misión, vaya creciendo en él una comunidad cristiana, que sea capaz de continuar sola después que nosotros nos hayamos ido.

 

Y bueno... cuando llega el final de la misión, tomamos nuevamente nuestras cosas, y volvemos a nuestra vida cotidiana. Pero nuestra vida nunca volverá a ser la misma, porque hemos compartido una experiencia increíble al haber sido protagonistas de la tarea misionera de la Iglesia.

 

Amigo:¿Y qué tengo que hacer si yo también quiero ser misionero?

 

Misionero: Esperá que acabe esta representación, y (el animador) les cuenta a todos...

 

Amigo: Bueno, ¡pero que se apure, porque me muero de ganas de saber cómo puedo participar! (salen)

 

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