GRUPO MISIONERO
NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE
Parroquia Santa Lucía,  Paraná, Entre Rios - República Argentina

MISIONES DE VERANO

Año 2009: Misión en Crespo

Años 2007-2008: Misiones Puerto Alvear

Años 2005-2006: Misiones en Tezanos Pinto

Años 2003-2004: Misiones en La Paz

Cada año en enero misionamos distintas comunidades, anunciando el mensaje del Evangelio y creciendo espiritual y humanamente junto a las familias que visitamos.

 

Año 2009: Misión en Crespo, departamento Paraná, Entre Ríos
“Lo que hemos visto y oído, se lo anunciamos para que también ustedes  estén en comunión con nosotros”.

Durante el mes de enero, en el marco del año Jubilar Paulino y Arquidiocesano, realizamos nuestra misión de verano en la comunidad Guadalupe, perteneciente a la parroquia Nuestra Señora del Rosario, de Crespo. 

 

Compartimos con nuestros hermanos la alegría de un doble festejo: se cumplen 2000 años del nacimiento del apóstol San Pablo y los 150 años de la creación de nuestra arquidiócesis. Con este motivo hemos visitado sus hogares,  compartiendo nuestra vivencia de Cristo Vivo a la luz de la Palabra y entregando el tríptico jubilar.

 

Cada día celebramos la Eucaristía en comunidad, donde nos alimentamos con el Pan de la Palabra y el Cuerpo de Cristo.

Las tardes estuvieron colmadas de la alegría de los niños, los juegos, las canciones, la catequesis y la oración. Mientras que los atardeceres  fueron ocupados por los encuentros, donde celebramos la alegría de ser  joven y de compartir la vida en comunidad. Además compartimos un espacio de intercambio entre distintos miembros de la comunidad donde nos propusimos fomentar el compromiso misionero como bautizados.

 Como grupo, cada día encontramos la fortaleza en los momentos de oración frente al Santísimo, rezando la liturgia de las horas y el Rosario misionero. Además, en la convivencia diaria, en un clima fraterno y agradable, crecimos en comunión, compartiendo entre nosotros.

 

Cabe destacar que por primera vez participan de una misión de verano los niños de Infancia Misionera, compartiendo las actividades de un día de misión.

 

Durante la Misión nos acompañaron el Padre Daniel Ponce, asesor del Grupo, y  el Padre Cristian Torres, párroco de aquella comunidad.  Y tuvimos la gracia de contar con la presencia de nuestro Obispo, Monseñor Mario Maulión  en la clausura de la Misión.

Años 2007-2008: Misiones Puerto Alvear, departamento Diamante, Entre Ríos.

Puerto General Alvear es un pueblo ubicado a 40 km de Paraná sobre el río homónimo. Allí viven alrededor de 100 familias en su mayoría de condición humilde, dedicadas a la pesca, los hornos ladrilleros y actividades agrícolas.

En este lugar se erige la capilla “San Antonio de Padua” dependiente de la parroquia de Valle María.

La participación de la comunidad en la vida litúrgica y pastoral es muy escasa. Muchas sectas y grupos evangélicos han establecido su doctrina disminuyendo considerablemente el número de católicos practicantes. 

 

Considerando esta realidad decidimos realizar nuestra misión de verano en este lugar, anunciando la Misericordia de Dios a esta comunidad durante los años 2007  y 2008.

Para alcanzar este objetivo nos propusimos realizar en primer lugar las visitas a las casas, en donde compartimos la lectura del Evangelio, la oración y la vivencia de las familias, entre mate y mate.

Durante la tarde se realizaban encuentros de  niños, jóvenes y adultos, celebraciones penitenciales y Eucarísticas. También peregrinamos hacia la gruta de Nuestra Madre a orillas del río demostrando el amor de los fieles hacia ella.

Además compartimos la alegría de la manifestación de Cristo, celebrando el día de Reyes Magos.

Para anunciar a Cristo, venciendo el calor, el desánimo, la lluvia, el cansancio, buscamos la fortaleza en la oración y la Eucaristía.

Durante la misión afianzamos nuestros lazos como grupo en la convivencia diaria, compartiendo las tareas domésticas, las comidas, los momentos libres, la oración y la música que nos daba la alegría para poder contagiarla.

En todo momento sentimos el acompañamiento de nuestros familiares, amigos, y miembros de la comunidad.

Durante enero de 2007 nos acompaño en la misión de verano el Padre Sergio Jacob y en enero de 2008 lo hizo el Padre José Domoulín. Ambos, además de asistir a la celebración de los sacramentos, visitaron enfermos y bendijeron casas.

Damos gracias al Señor por permitirnos vivir esta experiencia, y le pedimos que la semilla sembrada en estos días, dé frutos en el tiempo.

Años 2005-2006: Misiones en Tezanos Pinto, departamento  Paraná,  Entre Ríos

Tezanos Pinto en un pequeño poblado ubicado a unos pocos kilómetros de la capital entrerriana. La comunidad se erige en torno a la ermita dedicada a Nuestra Señora de Lourdes. En ella un grupo de catequistas prepara a los niños para recibir los sacramentos y los sacerdotes de las ciudades cercanas celebran Misa una vez por mes.

Viendo esta realidad y la necesidad de revitalizar el Amor por Cristo en esta comunidad decidimos misionarla durante dos años.

En enero de 2005 la visitamos por primera vez, en compañía del Padre Sergio Jacob. Ese verano visitamos las familias del asentamiento y las diseminadas alrededor del mismo. En cada hogar nos recibían con alegría y nos permitían compartir no solo la oración y la lectura del Evangelio, sino también sus vivencias, muchas veces dolorosas.

Por la tarde realizábamos encuentros con los niños, incentivándolos a experimentar el encuentro con Cristo.

Después de realizar algunas visitas de acompañamiento durante ese año, en enero de 2006 volvimos a compartir otros diez días con la comunidad.

La respuesta nuevamente fue muy buena, las personas participaban de las celebraciones Eucarísticas, los jóvenes se acercaban a compartir con nosotros luego de la Misa, mientras los niños hacían lo propio durante las tardes.

 Ya con la alegría de haber avivado al ardor cristiano en esa comunidad, nos despedimos con el compromiso de permanecer unidos en la oración.

Años 2003-2004: Misiones en “La Paz”, departamento La Paz, Entre Ríos

Finalizando el año 2002 y habiendo organizado una pequeña misión de 5 días en un barrio de nuestra comunidad, surgió la inminente necesidad de una gran misión en la ciudad de La Paz. Atendiendo al llamado de nuestro arzobispo a  todos los grupos  misioneros a tener en cuenta esta ciudad como lugar de misión e impulsados por el padre Alfredo Nicola, quien recientemente había llegado a nuestra parroquia proveniente de esa ciudad, fijamos  nuestra mirada, esfuerzos y oración en prepararnos para una semana de intensa actividad misionera en el barrio que se nos designara.

El día 1 de febrero del año 2003 iniciamos la misión en la zona del barrio San Pedro, donde se erigía una capilla, parando nosotros en la escuela Nº 99

Nos encontramos con diferentes realidades socio económicas, desde la opulencia hasta la marginalidad total.

La recepción de la gente a nuestro paso fue muy acogedora. En cada charla con las familias íbamos descubriendo las flaquezas y necesidades de esta comunidad poco aferrada a la oración y a la vida sacramental lo que quedo demostrado en las celebraciones de todos los días. Muchas falsas creencias invadían el ámbito familiar: el gauchito gil, la difunta correa, lázaro blanco, entre otras, y las sectas que no desaprovechan la necesidad de la gente.

Vivía en el barrio una gran cantidad de niños, los cuales asistieron a los encuentros que les ofrecimos en donde no solo se jugaba y compartía sino que cada día se trataba algún tema  especialmente preparado para ellos. Todos los días luego de la Santa Misa realizábamos encuentros para jóvenes y adultos en los que se dialogaba sobre los problemas y necesidades que le atañe a cada edad.

Funcionaba en la capilla un grupo de jóvenes misioneros, los cuales colaboraron con nosotros en todo lo que necesitábamos, compartiendo así la misión que el Señor nos había encomendado. También sentamos las bases de un grupo de adultos que se dedicaría a la oración y se seguiría reuniendo en la capilla con la dirección espiritual de los sacerdotes del lugar.

Como grupo tuvimos una experiencia maravillosa en la convivencia, que fue fortaleciendo los lazos de amistad y compañerismo. Compartíamos nuestras experiencias de misión, así como las tareas de limpieza y organización de actividades.

Pero la tarea a realizar en la ciudad era ardua, por lo que al año siguiente decidimos volver, encomendándosenos ahora la comunidad de la Capilla Santa Rita. Esta era una comunidad mucho mas grande que la anterior, pero con mayor vida sacramental y de oración, los fieles solían frecuentar más la capilla y había varios grupos bien conformados que impulsaban y animaban la comunidad.

En una comunidad tan grande las diferentes realidades se entremezclaban y la influencia de las ideologías laicisistas se hacia notar: matrimonios separados o mal conformados, madres solteras o muy jóvenes, etc. No obstante se hacia sentir el testimonio de muchos cristianos que vivían su fe con esmero, siguiendo los pasos de Cristo y los ejemplos de sus santos patronos. Tenían la gracia de contar con la presencia de un grupo de religiosas que trabajaban en el hospital de la ciudad y que se acercaban al barrio para acompañarlos.

Llegar a la gente a través de las visita a las casa tubo sus dificultades, posiblemente porque la gente de la ciudad es mas desconfiada a la hora de atender a un extraño. Sin embargo el Señor nos dio la gracia de poder transmitir sus enseñanzas también a través del ejemplo, con cada acto y gesto de amor en especial hacia los más necesitados.