JOVENES MISIONEROS

Formación

Justificación: ¿Para qué un plan de formación misionera de la Juventud?

Formarse en la Escuela con Jesús

Plan General de Formación

La Escuela de Liderazgo Misionero Juvenil

Responsables

1.- JUSTIFICACION ¿PARA QUE UN PLAN DE FORMACION MISIONERA DE LA JUVENTUD?

Los miembros de la Juventud Misionera en cumplimiento del mandato misionero de Jesucristo, que los envía a evangelizar, asumen gustosos su formación que los lleva a crecer en la fe.

La formación doctrinal y la profundidad de la fe son indispensables para que los cristianos puedan asumir los desafíos de la cultura moderna. Con mayor razón los jóvenes que quieren ser misioneros no sólo en sus ambientes sino más allá de las fronteras.

Las realidades concretas del mundo y de la misma Iglesia, replantean la necesidad de un nuevo ardor misionero en el que se nos exige a todos "saber dar razón de nuestra fe".

La Iglesia es el espacio histórico en donde Cristo se acerca a los jóvenes, se da a conocer, camina con ellos y como hizo con sus apóstoles, los instruye con su palabra y les hace madurar la fe hasta que puedan asumir su misión. A este proceso se le llama: Escuela con Jesús.

Las Obras Misionales Pontificias concretan su amor a los jóvenes con un plan orgánico de formación y con actividades ajustadas a su realidad. Este plan pretende coordinar y aprovechar todas las energías y recursos de los jóvenes para lograr su animación, su formación y su proyección misionera desde la experiencia fraternal de vida de grupo, bajo la guía de su Maestro, Cristo.

VER

 ANÁLISIS DE LA REALIDAD JUVENIL MISIONERA EN AMERICA 

#

ACIERTOS

DIFICULTADES

VACÍOS

 1

La confianza que tiene la Iglesia en nosotros los jóvenes ha promovido más el protagonismo juvenil con el deseo de encontrar espacios, un liderazgo de base bien orientado por medio de una formación misionera.

 Algunos sectores de la Iglesia se centran en una pastoral sacramental no integral y ha olvidado su dimensión misionera universal. Lo que produce acepciones erradas.

La falta de un proyecto de formación integral, que incluye a jóvenes y asesores, actualizado a la realidad cultural y misionera.

 2

La disposición de la Iglesia para promover una formación misionera laical con la orientación de las OMP.

La globalización ha influenciado en el conflicto de identidad del joven que es manifestado en una incoherencia de fe y vida

Falta seguimiento y apoyo en la realización del trabajo misionero en los cuales participan los jóvenes.

3

Crecimiento de la conciencia misionera, centrada en Dios y el trabajo común con la pastoral juvenil y vocacional

 

La falta de una red de comunicación latinoamericana, para poner en comunión los proyectos y planes de formación misionera y aprovechar experiencias externas a la nuestra.

JUZGAR

ACIERTOS 

1.       En el contexto de la historia de la salvación, el Señor ha llamado a los que Él ha querido (Mc. 3,13) para abanderar una misión de anunciar y construir el Reino de Dios. Jesús el Misionero del Padre llamó a los discípulos desde su juventud (Tm 4,12; 1 Sm 3,10; 1 Sm 16,11; Jr 1,6; Lc1,26; ). Hoy el llamado urgente de Dios y de la Iglesia se dirige principalmente a los jóvenes ( opción preferencial por los jóvenes en Sto. Domingo ( 112 ), Puebla ( Capitulo  II - 1166),    Medellín ( Documento N° 5 ) y desde Vaticano II ) porque somos portadores de la esperanza y de un potencial que debe ser aprovechado (Objetivo general de la PJ) (SD Nº 102) (1Jn 2, 14b). 

2.       Uno de los deberes de la Iglesia, es la formación  misionera de los jóvenes desde las O.M.P. ( Estatutos de las OMP Capitulo I N° 5; Capítulo 2 Nº 10 ), cuyo objetivo central es formar,   informar y concientizar desde la familia, enfermos y jóvenes el compromiso misionero a través de la Propagación de la Fe (Estatutos de las OMP Capítulo 2 Nº1-8) (RM 83) en adición a la colaboración de Institutos y comunidades religiosas misioneras.

DIFICULTAD 

1.       A imagen de la Trinidad la Iglesia vive dos acciones conjuntas: comunión (E.A Nº 33; NMI Nº 30-43-45; SD Nº 55) (megat. Nº 2 y Nº 5) y misión, las cuales no se pueden desarrollar de forma independiente (Lc. 24,13-33; Jn.3,16) (RM 34) 

2.       Es Cristo quien nos anima a romper nuestras fronteras más intimas para encontrar el verdadero sentido de la vida ( Mt. 19,16-22 ;Jn 1,39; Mt. 21,28-32 ; Jn 10,10 ) (RM 10)

VACÍOS

1.- Jesús nos muestra el modelo de formación misionera integral ( Mc. 3,13-14 );  la Iglesia  entiende  que  el  Evangelio  debe ser proclamado   en  y  desde  la  cultura      ( tercera megatendencia ). (RM 7) (RM 52)

ACTUAR

DESAFÍOS DE LA FORMACIÓN MISIONERA JUVENIL

  1. ACIERTO:

1.      Ante el llamado que Jesús nos hace, a través de la Iglesia,  y la necesidad pastoral y humana de formar a los jóvenes  misioneramente, debemos sensibilizarlos, capacitarlos, acompañarlos y comprometerlos desde la cooperación que propone las OMP, porque gracias a esta preparación integral los jóvenes son capaces de asumir su protagonismo misionero.

  1. DIFICULTAD:

1.       Ante una pastoral muchas veces sacramentalista que ha olvidado su dimensión misionera y comunitaria que no motiva, ni incentiva al joven , debemos retomar el ser y sentido de la Iglesia a imagen de la Trinidad por que así estaríamos respondiendo al verdadero sentido de la vida cristiana según el modelo que nos presenta Jesús.

2.       Ante los aspectos negativos  de la globalización, postmodernidad y neoliberalismo que es una fuerza que genera signos de muerte causando en los jóvenes una crisis de identidad e incoherencia de fe y comprometida con la vida, debemos promover signos de vida y de una solidaridad universal logrando rescatar la verdadera identidad y dignidad de ser hijos de Dios.

  1. VACIOS:

1.       Ante la falta de lineamientos básicos actualizados de formación misionera juvenil debemos promover un proyecto de formación que responda e integre a todos los aspectos del joven ( cultura, religión, economía, sociedad, política, psicología, antropología, etc.) porque hacemos efectiva la opción preferencial de la Iglesia en, por y para la formación de los jóvenes.

2.      Ante la carencia de unas líneas de acción de formación integral para la juventud misionera latinoamericana, debemos crear una red de comunicación e impulsar enlaces que faciliten un intercambio de experiencias y proyectos formativos que ya se están desarrollando, pero que aun necesitan ser enriquecidos , porque la realidad juvenil esta en constante cambio y nuestros planes deben adecuarse a dichas transformaciones.

LINEAS DE ACCIÓN DE LA PASTORAL MISIONERA JUVENIL

Aciertos
  1. Impulsar procesos de sensibilización, capacitación y participación dentro de las Iglesias particulares con una proyección a la Iglesia universal, desde los diversas orientaciones que brinda las O.M.P., el Magisterio de la Iglesia, y las ciencias humanas en el cual se integren a todas las pastorales donde estén insertos los jóvenes a la acción misionera, logrando que el joven descubra su opción vocacional y su compromiso de ser evangelizadores del mundo.
Dificultades
  1. Desarrollar nuevos métodos de evangelización (nueva en su ardor, en su expresión y en sus métodos)  desde una pastoral misionera que lleve al joven a comprometerse en una Iglesia Evangelizada y Evangelizadora, fortaleciendo una   espiritualidad misionera al estilo de Jesús y la primera comunidad cristiana para ser testigos de  la misión y transformadores de la realidad.
Vacíos
  1. Elaborar un proyecto que garantice un proceso de formación integral y de una pedagogía misionera logrando que los jóvenes y asesores estén más capacitados para la acción misionera.

2.- Promover signos de vida y esperanza desde la inculturación del Evangelio que permita  al joven ser misionero, fomentando la civilización del amor para la construcción del reino de Dios.

3.- Promover una red de comunicación e intercambio misionero, de planes, proyectos formativos y        experiencias juveniles latinoamericanos a través de la tecnología (medios de comunicación y otros) para fortalecer el compromiso juvenil misionero y colaborar con el desarrollo  de los lineamientos de la pastoral misionera de cada país. 

 

2. FORMARSE EN LA ESCUELA CON JESUS

Jesús llamó a los apóstoles y les expresó lo que les ofrecía y lo que esperaba de ellos. Con el "ven" les ofrecía su presencia y amistad; con el, "sígueme" se les ofrecía como modelo, camino y guía; con el "id y evangelizad" les ofreció una orientación, una misión y una compañía que exigía de ellos disponibilidad. En síntesis: Jesús les ofreció vida nueva para que la compartieran con los demás. Hoy Jesús, ofrece transformar a los jóvenes como lo hizo con los apóstoles; su estilo es el de un Amigo, un Maestro y un Salvador que se les acerca y espera que reciban lo que les ofrece y colaboren en su obra. Esta es la escuela de Jesús y el proceso salvador que se ofrece en la Juventud Misionera.

 

Una escuela de amor

Es maravilloso constatar cómo Jesús comprendió a cada uno de los Apóstoles y los atendió conforme a su propia identidad y circunstancias. Perdonó, consoló y ayudó a cada uno. Lo primero que hizo y por lo que más se preocupó fue por entrar en el corazón de cada uno y hacerse amigo de todos.

 

Los jóvenes perciben el amor de Jesús y se sienten llamados a amado. Seguramente esto fue lo que les pasó a los dos discípulos que fueron, vieron y se quedaron con El para toda su vida y ayudaron a que Simón Pedro fuera también a disfrutar de esa experiencia de amistad que ofrecía Jesús. Esa escuela que fundamenta todo en el amor es la que ofrece la verdad que hace libres.

La Juventud Misionera aprende en la escuela de Jesús a amar y ser amado, a vivir la caridad y la verdad, a capacitarse para ser misionero del amor.

Lo que se recibe y se vive en la escuela de Jesús:

Ante todo, Jesús amó a los Apóstoles y los llamó a dos cosas: a estar con El y a realizar una misión en favor de los demás. Lo que Jesús enseña y lo que el joven misionero aprende, se puede resumir en estos puntos que son progresivos en la vida:

Vivir con El. lo cual implica unirse a El cada día más, vivir una amistad más profunda todos los días con El y como El.

Vivir como El. Implica aprender de Jesús todo y asumir su estilo de vida.

Unirnos en El. Porque el seguimiento de Jesús se hace en la Iglesia y la fe se vive compartiéndola y proyectándola; los Apóstoles y los jóvenes misioneros están llamados a unirse en Jesús, con su amor, para ser uno y así lograr que el mundo crea.

Ir con El, en su nombre y con su poder. Se trata de ir como enviados por El. Los jóvenes son sus colaboradores y ayudantes. Ser misionero implica dar los pasos que el Señor quiera, en la dirección que quiera, con las personas que El quiera, hasta donde El quiera, para lo que El quiera.

Dar la vida con El y como El. De eso se trata. El misionero no busca ser servido sino servir, como Jesús; por ello, cada día con mayor valentía apostó1ica, dan la vida sirviendo a los demás en el cumplimiento de su misión. El ideal y la meta es la de ayudar a Jesús para que su Reino crezca en cada uno y en el mundo.

 

3.- PLAN GENERAL DE FORMACION

La Juventud Misionera ayuda a que los jóvenes tengan una formación misionera integral, progresiva y armónica ya que se busca fundamentar todo en Jesús y en sus enseñanzas para corresponder con una vida y servicio misionero fiel y eficaz. La formación misionera los ha de acercar a Jesucristo para beber de esa fuente, fortalecidos para la misión y aprender la vida y estilo misioneros. Los ha de orientar a servir a Jesucristo como verdaderos signos e instrumentos suyos. Para ello les brinda una formación misionera a través de cuatro áreas (a cada una de ellas se dedica una semana del mes)

Es un proceso cíclico basado en la experiencia milenaria de la Iglesia que abarca lo intelectual (catequesis), lo afectivo (espiritualidad), lo testimonial (proyección) y lo grupal. El único deseo es ofrecer una propuesta concreta que le proporcione a los jóvenes un espacio para desplegar sus habilidades, su entusiasmo y sus valores con miras a la evangelización,

Detalles a tener en cuenta para la aplicación de la metodología:

1.- Son encuentros fraternos de Juventud Misionera, más que simples reuniones. 

2.- Cada encuentro es diferente y tiene su especialidad por lo cual no se realiza de la misma manera. 

3.- Cada uno tiene su metodología propia, sus dinámicas especiales y a veces sus lugares distintos. 

4.- El tiempo debe estar de acuerdo con el ritmo de los jóvenes y depende del estilo de cada encuentro. 

5.- Cada encuentro está marcado por la Palabra de Dios y propone compromisos concretos para cada semana.

 6.- Los testimonies misioneros propuestos para los encuentros del mes son diversos: 

Presentamos ahora los cuatro encuentros con los tres aspectos que deben comprender: ¿Que es?, ¿Por que? y ¿Cómo hacer este encuentro?

ENCUENTRO SEMANAL DE JUVENTUD MISIONERA

1. Catequesis misionera

 Primer encuentro del mes, estudio doctrinal de un tema. En el tema de este encuentro se fundamentan los siguientes y al final del mes sólo se evalúa el contenido de la catequesis.

¿Qué es? Este encuentro está inspirado en la Palabra de Dios, de la cual se deducen las enseñanzas para la preparación de los misioneros en la "Escuela de Jesús".

Es un encuentro que madura el conocimiento de Jesús, de la Iglesia y la misión. Se da a los jóvenes elementos, temas básicos del ser misionero.

Está pensado para que los jóvenes investiguen, hagan anotaciones, ilustren, saquen conclusiones, realicen talleres de estudio, memoricen los mensajes principales, analicen, asuman compromisos y complementen el tema tratado con trabajos posteriores al encuentro.

¿Para que? Pretende principalmente la formación de los jóvenes para que presten su servicio misionero con motivaciones serias y sean capaces de dar razón de su fe.

¿Cómo hacer este encuentro? Se pueden usar varias técnicas de exposición. El animador debe ser creativo. Las OMP de algunos países (Colombia, por ejemplo) ofrecen guías de formación, las cuales presentan solamente el desarrollo de un tema y unas sugerencias de cómo se podría realizar.

Puede hacerse también por medio de conferencias, talleres de estudio, trabajos grupales, mesas redondas, paneles, simbolizaciones, representaciones, exposiciones, foros, jornadas de investigación, videos, audiovisuales, etc.

2. Espiritualidad misionera

Es el segundo encuentro del mes

¿Qué es? No es una reunión. Es la celebración y vivencia de lo aprendido en el primer encuentro. El mensaje aprendido y asimilado toca el corazón, se encarna y se celebra. La celebración es la misma Palabra dramatizada, simbolizada.

¿Para qué? Es una verdadera experiencia de amistad intima con Jesús, que se basa en el mensaje bíblico del encuentro anterior.

La intensidad y belleza de los gestos y contenidos, lo mismo que la vivencia depende de la asimilación y efecto del mensaje.

¿Cómo hacer este encuentro? Es una celebración de la Palabra acogida y encarnada en el corazón de los jóvenes y de acuerdo al lugar, al tiempo y al espacio puede ser: Taller de oración, retiro, desierto, celebración de la Palabra, fogata, representación bíblica, Eucaristía, jornada de oración y en fin, todas aquellas actividades que ayuden al encuentro amoroso con el amigo Jesús.

3. Vida Apostólica / Proyección misionera

Es el tercer encuentro del mes

¿Qué es? Es una acción concreta en la que los jóvenes misioneros comunican el mensaje aprendido y vivido en los dos encuentros anteriores. Es una Palabra de Dios estudiada, meditada y celebrada que se vuelve testimonio misionero hacia los demás.

¿Para qué es? Para ayudar a los hermanos con la misión. Es el encuentro vivido afuera del grupo. Es salir a evangelizar y a comunicar lo vivido, para familiarizarse con el dolor y la necesidad de los hermanos; es el encuentro en que la comunidad experimenta el amor de Jesús hacia ellos, por medio de los jóvenes misioneros.

¿Cómo hacer este encuentro? Se pueden realizar múltiples actividades, por ejemplo: Visitas a otros grupos apostó1icos, animaciones misioneras a determinados grupos de jóvenes o a los más alejados, visitas a sectores de diversas clases sociales, visitas a enfermos, a familias, a hogares de ancianos, a cárceles; organización de campamentos misión de grupos juveniles, convivencias con jóvenes, asambleas familiares o juveniles, diálogos con jóvenes, con niños y con familias en dificultades.

Otras actividades pueden ser: 

4.- Vida de Grupo 

Es el cuarto encuentro del mes

¿Qué es? · El equipo revive la presencia y estilo de Jesús, están con El y comparten su amistad. · Refuerzo de los lazos de amistad entre los miembros del grupo. · Creación de vínculos de unidad, fraternidad y ayuda mutua. · Crecer juntos y crear un ambiente propicio para que todos se sientan como los discípulos con Jesús. · Es revisión de vida para celebrar el crecimiento del Espíritu y del corazón misionero, en cada joven y en el grupo.

¿Para qué? Para que los jóvenes que gustan de compartir el dinamismo, la recreación, programación y valorización de todos los momentos de la vida Espiritual, humana y misionera, encuentren el espacio necesario y así responder a la maduración de la dimensión social y eclesial del joven, abriendo estos espacios.

¿Como hacer este encuentro? Pueden hacerse convivencias de grupo, paseos juveniles, caminatas, fiestas familiares y misioneras juegos, concursos, competencias, celebraciones de cumpleaños, descubrimiento del amigo secreto, aniversario del grupo, jornadas culturales, grado de los compañeros, encuentros deportivos, programación de actividades de grupo, evaluaciones de las actividades, etc.

El misionero crece integralmente o desarrolla sus conocimientos (intelectual), estimula su vivencia (celebra, ora), abre sus manos y mueve sus pies (acción) y desarrolla sus relaciones (vive en fraternidad).

Este proceso formativo se adelanta con la ayuda de las "guías de formación", las cuales presentan un esquema diferente para cada encuentro y están organizadas de acuerdo al nivel en que se encuentran los jóvenes.

En la Juventud Misionera se entiende la formación como un proceso, como un camino que se recorre conjuntamente. Caminar ha de ser su actitud permanente, por eso, se habla de niveles, es decir, de pasos que se van dando en el caminar desde la adolescencia y a lo largo de la juventud.

 

4.- LA ESCUELA DE LIDERAZGO MISIONERO JUVENIL O ESCUELA DE LIDERES MISIONEROS

Es un encuentro personal y comunitario con Jesucristo; los jóvenes animadores misioneros, tienen la oportunidad de intensificar la formación integral en todos los sentidos de manera simultánea y presencial. Se profundiza en los fundamentos de la misión por medio de la formación cristiana, misionera y humana.

La Escuela tiene dos niveles, el primer nivel es para formar lideres juveniles y el segundo nivel es para formar animadores misioneros, y es una respuesta a la necesidad de formación que tienen los líderes juveniles misioneros

Es un proceso que dura dos años, también se puede facilitar anualmente según la necesidad, y el segundo nivel cada dos o cinco años; con momentos presenciales concretos y que tiene continuidad en la vida de las diversas actividades personales y comunitarias.

El Objetivo general de las escuelas nivel I, es: Contribuir en la formación  integral de la Juventud,  para la promoción de un liderazgo juvenil multiplicador de la conciencia misionera en la Iglesia Universal.

Los Objetivos específicos son:

 

El Objetivo general de las escuelas nivel II, es: Contribuir a formar animadores misioneros que sean multiplicadores de la conciencia misionera de la Iglesia en universal y particular.

 Los Objetivos específicos son:

§         Ofrecer una formación básica en Misionología.

§         Profundizar  en la vocación misionera de cada cristiano a la luz de la Palabra y del Magisterio de la Iglesia.

§         Abrir a los jóvenes misioneros a la Dimensión  Universal de la Misión de la Iglesia.

§         Vivir juntos una experiencia de espiritualidad misionera.

§         Formar animadores misioneros para las O.M.P. diocesanas.

 Nota: Estos objetivos son adaptables a la realidad de cada país

TEMAS FORMATIVOS

1.- REALIDAD JUVENIL

Hoy día es difícil hablar simplemente de “la juventud”, porque es casi imposible  abarcar el amplísimo marco de la realidad y las variadísimas situaciones que viven los jóvenes, según sean sus raíces y orígenes étnicos, sus influencias culturales y las condiciones políticas, sociales y económicas en las que les toca vivir.  Es necesario admitir que conocer y comprender el mundo juvenil no es tarea fácil.  

Los distintos estudios realizados sobre la realidad juvenil, muestran claramente la gran diversidad de opiniones que existen entre los investigadores. Hay mucha imprecisión sobre el contenido mismo del término y sobre  lo que se quiere decir cuando se habla de jóvenes y juventud. Proliferan ideas, opiniones y juicios, detrás de los cuales se ocultan muchas veces intereses que proyectan en los jóvenes los deseos y temores de los adultos, deforman la realidad juvenil y promueven acciones pedagógicas correctivas de comportamientos que consideran más o menos antisociales.

Por otra parte, no es fácil concretar y expresar las motivaciones y formas de comportamientos de una vida que está en continua evolución: un joven es siempre una incógnita, una invitación a dejar los propios esquemas prefabricados y abandonarse a lo incierto e impredecible. Para poder decir algo sobre jóvenes, hay que ser, estar y vivir con ellos.

En toda aproximación a los jóvenes, es necesario considerar las variables que intervienen y, muchas veces, determinan su universo cultural. El uso de la categoría “ juventud ” debe considerar esa multiplicidad de diferencias. 

La Mirada Biológico-Cronológica:  Define a la juventud en términos de edad.  La juventud es la edad de la persona en crecimiento, un período comprendido entre los quince y los veinticinco años, en el que toma conciencia de estar viviendo una realidad vital, lejana de la infancia pero no identificada todavía con el mundo adulto.

Se trata de una etapa de transición muy marcada por los grandes cambios fisiológicos, frutos de la maduración hormonal.  El resultado de esta transformaciones es la conciencia y la vivencia del propio ser corporal, la imagen del cuerpo y su valoración como símbolo del yo y de la personalidad.  La significación de lo sexual pasa a primer plano.  Esta valoración de cuerpo y la sexualidad se expresa en una serie de aspectos psicológicos, como la conciencia de su fuerza y de su capacidad física; psico-sociales, como el cuidado extremo de la presentación externa y psico-biológico sexuales, como el descubrimiento del sexo como estímulo-reclamo.

Cuando se absolutiza esta forma de mirar a los jóvenes, se corre el riesgo de perder de vista los contrastes y las oposiciones, de unificar lo que es diverso, de eliminar las diferencias y así, diluir y confundir la marginalidad y la opulencia, lo rural y lo urbano, las diferencias sociales y culturales y mucho más.

La Mirada Biológica: Identifica a la juventud con ese período conflictivo de la vida de la persona en la que se ve a sí misma con una existencia entre las manos, distinta de la infancia y de la edad adulta y con una vida afectiva, moral, cultural y espiritual propias que  deben ser afianzadas y construidas más plenamente.  Es como un segundo nacimiento, y como tal, es final y es comienzo: final de una forma de vida en el ambiente protegido de la familia e inicio de algo nuevo, desconocido, de un mundo que muchas veces se presenta hostil y peligroso pero que al mismo tiempo sea atrayente y estimulante.

Es el paso del mundo interior de la familia  al  mundo exterior de las responsabilidades y de las decisiones personales, lo que supone recorrer un camino angosto, lleno de incertidumbres, temores y esperanzas que identifica al ser joven y que éste debe hacer suyo; paso de un pasado definido que debe ser abandonado hacia un futuro por identificar y con el cual identificarse.

Es una etapa de búsqueda y crecimiento, de construcción de la identidad y de un nuevo lugar en el mundo.  No se trata de un proceso unívoco ni lineal; por el contrario, es múltiple y contradictorio, fruto del tejido de relaciones que van teniendo con diversas instancias socializadoras como la familia, la Iglesia, la escuela, el grupo de iguales, el vecindario, los partidos políticos, los medios de comunicación social, etc.  A partir del juego de interrelaciones que se dan en estas instituciones y los jóvenes, se definen los roles, las exigencias del comportamiento, los límites y las posibilidades de su actuar, de su ser, de su deber ser, todo condicionado por la adscripción de los jóvenes a un grupo social y cultural determinado y por la historia personal de cada uno de ellos.

Es un tiempo de opciones y de definición de vocaciones.  Es un camino abierto, donde queda la posibilidad de ensayar y de errar.  Es un tiempo de valoración de lo subjetivo, los sentimientos y la capacidad de actuación moral.  Es un tiempo para configurarse como persona, con derechos y deberes dentro del mundo adulto.

Se ubican aquí los diagnósticos que hablan de las heridas afectivas y de los desequilibrios psicológicos y de personalidad de los jóvenes.  Por muy diversas circunstancias de orden familiar, social y económico, muchos padecen hoy de una carencia generalizada de afecto y de relaciones personales, están solos, necesitan de amigos, buscan un grupo al cual pertenecer y en el cual participar y sentirse protagonistas, un refugio que los libere de la soledad y los haga sentir acogidos y comprendidos.

Juan Pablo II afirmó recientemente este carácter personal de la problemática que vive la juventud: “ el problema esencial de la juventud es profundamente personal. La juventud es el período de la personalización de la vida humana. Es también el período de la comunión. Los jóvenes, sean chicas o chicos, saben que tienen que vivir para los demás y con los demás, saben que su vida tiene sentido en la medida en que se hace don gratuito para el prójimo .”

La Mirada Sociológica: Desde un punto de vista sociológico, la juventud es un grupo social con una posición determinada dentro del conjunto de la sociedad, caracterizado por un modo peculiar de ver y entender la vida y el mundo, propio de quien ha dejado atrás la dependencia total del niño, pero que no ha llegado todavía a la responsabilidad propia del adulto.

Es una etapa sustantiva de la vida, con identidad y valores propios, aunque mediatizada por la posición que ocupan en cada sociedad e influenciada por lo que esa sociedad acepta o impone.   De allí la variedad de su comportamiento, tanto de sumisión a las pautas sociales como de protesta y rebelión contra todo intento de manipulación.

Los modelos económicos inspirados en el neoliberalismo han agudizado la exclusión y el marginamiento de los pueblos latinoamericanos.  En consecuencia, “muchos jóvenes son víctimas del empobrecimiento y de la marginación social, de la falta de empleo y del subempleo, de una educación que no responde a las exigencias de sus vidas, del narcotráfico, de la guerrilla, de las pandillas; muchos viven adormecidos por la propaganda de los medios de comunicación social y alienados por las imposiciones culturales y por el pragmatismo inmediatista que ha generado nuevos problemas en su maduración afectiva” (SD 112).

Sin embargo, “hay jóvenes y adolescentes que reaccionan al consumismo imperante y se sensibilizan con las debilidades de la gente y el dolor de los más pobres.  Buscan insertarse en la sociedad, rechazando la corrupción y generando espacios de participación genuinamente democráticos... Están cargados de interrogantes vitales, presentan el desafío de tener un proyecto de vida personal y comunitario que de sentido a sus vidas y así logren la realización de sus capacidades” (SD 112). 

Es un conjunto de la juventud considerada como cuerpo social, surgen sectores determinados por las condiciones socioeconómicas o culturales y relacionados con los ambientes en los que viven los jóvenes. Es importante considerarlos detenidamente, por que el ambiente específico en que se desenvuelve la vida de los jóvenes, sus necesidades, problemáticas e intereses influyen decisivamente en la definición de la acción: pastoral y de las propuestas de formación y espiritualidad que se quieren desarrollar.

LA  NUEVA  MIRADA  CULTURAL  SIMBÓLICA

La mirada cultural simbólica no desconoce los aportes de las anteriores miradas para comprender a los jóvenes; más bien, los integra y les da un sentido nuevo. Busca responder a los interrogantes que se suscitan, sobre todo, cuando se mira los acelerados y profundos cambios culturales que se están viviendo.

No hay que olvidar que la juventud surge históricamente como un fenómeno propio de la cultura emergente, a partir de los procesos de urbanización. Desde los inicios, la juventud aparece como  poco homogénea, pues a distintas formas culturales corresponden una variada gama de condiciones juveniles que evolucionan con ritmos propios.  Por eso, se puede hablar de  un universo cultural  de los jóvenes, conformado por multitud de formas de vivir la vida y de encontrar sentidos a la existencia. En él se da un proceso de identidades múltiples y contradictorio, que es fruto del tejido de relaciones que los jóvenes van teniendo con las diversas instancias socializadoras.

Este universo, está compuesto por “ culturas juveniles ” o  espacios sociales de confluencia, de encuentro, de identificación, de libertad entre iguales, que expresan rasgos similares como usos del espacio, gustos, formas expresivas y de significación, lenguajes, etc. A pesar de las diferencias, todas se caracterizan por la contestación a la cultura tradicional. Ponen en tela de juicio y reelaboran las propuestas de las diferentes instituciones y se constituyen en armas de resistencia contra el orden impuesto y de rechazo al código dominante.

Últimamente, se están comprendiendo más como “ambientes”,“atmósferas”,“sensibilidades ”, “comunidades culturales”generadoras de significación, en las que coexisten elementos de distinta naturaleza: sociales, políticos, económicos, ...

Para entender esta nueva sensibilidad de los jóvenes, es necesario volver a hacer referencia a la postmodernidad, que está generando un fenómeno cultural de polaridades en tensión: de una cultura “ de uno ” se está pasando a una cultura de “ lo plural ” , de “ lo definido ” a “ lo ambiguo ”, de “ lo lineal” a “ la red ”.

En sentido amplio, las culturas juveniles, se refieren a la manera en que las experiencias sociales de  los jóvenes son expresadas colectivamente, mediante la construcción de estilos de vida diferentes, localizados fundamentalmente en el tiempo libre o en espacios intersticiales de la vida institucional. En un sentido más restringido, son micro sociedades con grados significativos de autonomía respecto de las instituciones adultas.

Los jóvenes de hoy han creado verdaderos movimientos culturales que conjugan factores institucionales con factores de orden subjetivo. Recientes adultos advierten sobre algunos rasgos de las sensibilidades de estas culturas juveniles: son diversas, no homogéneas, contraculturales; tienen que ver con atmósferas o ambientes generadoras de significación que no coexisten, no constituyen un período cronológico ni un sector. Algunos de estos ambientes son : la irracionalidad expresada en delirio, la droga y los cultos; la rebelión expresada en el antiautoritarismo, la no escuela y la deserción ; la intimidad expresada en lo afecto-sexual y en las nuevas formas de ser familia, como las comunas; la identidad en el consumo expresada en las modas y la paz expresada en el antibelicismo y el no a  la  guerra.

Su característica común es su permanente mutabilidad, su inestabilidad, el ser nómada, el estar de paso. No obstante este carácter nómada, puede esbozarse modas u horizontes comunes de gustos que hace familiar a unos y otros y que al mismo tiempo los diferencia.

Los jóvenes viven con relación a modas que no obedecen a un principio ordenador de la realidad sino a la posibilidad de tener correspondencia. El  “ gusto ” es la correspondencia más o menos conflictiva de objetos culturales y valores. La moda es una forma de expresar  públicamente sentidos compartidos culturalmente. En la comunicación o ámbito de circulación dinámica de sentidos compartidos, los jóvenes toman objetos culturales de alto consumo ( videos, músicas, ropas... ) y los resignifican.

En este contexto aparece la pista de lo lúdico como uno de los ejes o conceptos explicativos de las identidades juveniles. Lo lúdico entendido como el territorio de los estados de la disponibilidad y abandono en los que se sitúan los jóvenes; estados que escapan a toda intencionalidad utilitaria y que los enfrentan a una fuerte  experiencia de ser joven, cuya raíz está en la libertad del juego, un juego sin reglas, en las actividades de placer, en la fiesta, en la creación artística, en los sueños, en la práctica de lo imaginario.

Se recupera así la dimensión estética de la vida, dimensión que permite un acceso a la totalidad de la realidad desde un ángulo que no es el de la racionalidad iluminista. Se trata de una comprensión del mundo desde las formas sensibles, desde el gusto, desde la relación mediada por símbolos, desde el universo de los deseos. Desde esta  dimensión, cobra sentido para las culturas juveniles todos los demás asuntos y temas.

Al observar estas culturas juveniles, no se puede dejar de advertir las notables diferencias entre los jóvenes de las grandes ciudades, los de los pequeños pueblos o los que viven en el campo. En todos estos casos se necesita un particular discernimiento de las riquezas de su cultura juvenil, así como de los acentos valóricos que complementan su vida juvenil.

La mirada sociológica, que considera la juventud como cuerpo social, permitió reconocer diferentes sectores, condicionados por distintas características socioeconómicas y culturales. Por el caminar de la Pastoral Juvenil Latinoamericana y por el papel decisivo que juegan los factores económico-sociales en el pasado, presente y futuro del continente, se hizo un especial énfasis en la presentación de la situación social de los jóvenes en sus respectivos sectores.

Pero no hay que desconocer el papel de estas nuevas comunidades culturales o de sentido, las nuevas sensibilidades desde donde los jóvenes se apropian y resignifican sentidos y maneras de ver y de vivir. Es necesario explorar todavía más esta dimensión cultural y habilitarse para comprender mejor estas nuevas sensibilidades que se constituyen en pistas nuevas para conocer y amar a los jóvenes.

Este intento de mirar de forma más amplia lo juvenil, lleva a reconocer la importancia de la persona de cada joven, del contexto socioeconómico desde donde construyen sus identidades y de las nuevas comunidades culturales o sensibilidades que impregnan todos los ambientes y sectores. Una Pastoral Juvenil que quiera responder realmente a las necesidades de los jóvenes, no puede desconocer ninguna de estas dimensiones.

Al mirar a los jóvenes hoy, la Iglesia advierte que ellos no son sólo destinatarios de la evangelización. Cada generación aporta una sensibilidad propia a su vivencia cristiana, posee la capacidad de descubrir nuevas dimensiones de la fe y pone de manifiesto señales de vida hasta ahora no suficientemente explicitas en la experiencia cristiana ( P. 1169 ).

SIGNOS DE VIDA EN LA JUVENTUD

 La fe en la presencia y acción liberadora de Dios y de su Espíritu en la historia, lleva a reconocer los signos de vida que se manifiestan en la amplia diversidad de realidades en las que viven los jóvenes del continente.  En estas señales de vida, se celebra la juventud como un don especial de Dios para la humanidad toda.

SIGNOS DE VIDA:

SIGNOS DE MUERTE EN LA JUVENTUD

Junto a las anteriores, hay también situaciones del mundo juvenil amenazado por signos de muerte que deben ser anotados y combatidos en el trabajo pastoral que se realiza con los jóvenes. 

 Todas estas situaciones invitan a estar atentos, a discernir y a no permitir que se debilite el sentido de Dios, de su acción y de su presencia que invita a apostar siempre por la vida contra la cultura de la muerte.

 Tomado de CIVILIZACIÓN DEL AMOR, TAREA Y ESPERANZA

 2.- NUEVA  EVANGELIZACIÓN

Significado de términos: 

 Llamamos evangelización el primer anuncio del Evangelio, de la “ Buena Noticia “, a los que no creen, y también el anuncio que se da cada vez que se vuelve a proponer, se repite, se profundiza el contenido del Evangelio a través de la catequesis, la predicación, la liturgia, etc.

A la Evangelización de las personas se acompaña siempre con la evangelización de las culturas, que consiste en fomentar la mentalidad y la vida práctica con el espíritu del Evangelio.

La Evangelización puede ser:

Evangelizar no significa necesariamente transformar en cristianos a todos los hombres, ni hacer volver a la práctica religiosa a todos los cristianos  y en especial a los que habían abandonado.

Jesús evangelizó muy bien, incluso en Nazaret, en Corazin y en Betsaida donde su palabra no fue acogida ( cf. Mc. 6,6; Lc. 10,13 ).

 Evangelizar significa, ante todo, proclamar la Buena Nueva con palabras y hechos, y vivir el anuncio, de modo que todos los que tengan buena voluntad puedan acoger el mensaje, profundizarlo y acogerlo si lo creen conveniente. La Redemptoris Missio dice que la Iglesia está al servicio del Reino: 

 

La evangelización se concreta de muchas o múltiples maneras, tomando en cuenta los ejemplos que encontramos en el Nuevo Testamento, que la podemos resumir de la siguiente forma:

La predicación no se hace sólo en las reuniones públicas, puede darse también durante un diálogo personal, como el de Jesús con la samaritana ( Jn. 4 ) o con discípulos de Emaús      ( Lc. 24 ).

 NUEVA  EVANGELIZACIÓN

SIGNIFICADO 

 La Nueva Evangelización constituye uno de los temas más relevantes del magisterio del Papa Juan Pablo II. Se trata de un tema preferencial, desde que lo lanzó ante la Asamblea del Consejo Episcopal Latinoamericano en la Catedral de Puerto Príncipe ( Haití ) el 09 de Marzo de 1983, y lo amplió en Santo Domingo los días 11 y 12 de Octubre de 1984. En Haití habló del             “ compromiso de una evangelización nueva, nueva en su ardor, en sus métodos, en su expresión ”. La formulación ya existía en los documentos episcopales de América Latina.

En efecto la expresión “ NUEVA EVANGELIZACIÓN  ”, aparece ya en el Mensaje a los pueblos de América Latina, de la Segunda Conferencia Episcopal Latinoamericano ( Medellín 1968 ), que asumió el compromiso de  alentar una nueva evangelización.

También la palabra re-evangelización, aparece, siempre en Medellín, en el documento N° 06 sobre Pastoral Popular, como línea de pedagogía pastoral. Pero con Juan Pablo II la Nueva Evangelización, se convierte en un tema unitario y englobante, en torno al cual se agrupan otras varias enseñanzas, como granos de un mismo racimo. Y en un mensaje universal de América Latina el Papa ha ido extendiendo y aplicando el tema de la Nueva Evangelización también a la Iglesia en otros continentes, dándole nuevas aclaraciones y contenidos.

Es un hecho significativo que el último Sínodo de los Obispos para Europa se haya centrado principalmente sobre la necesidad de movilizar todas las energías para una Nueva Evangelización del viejo continente.

La Encíclica Redemptoris Missio ubica, en cierto sentido, la Nueva Evangelización, o Reevangelización, que encuentra su lugar propio dentro de las actividades de la Iglesia, como intermedia entre la actividad misionera ad gentes y la actividad pastoral. 

En efecto, mirando al mundo desde el punto de vista de la evangelización, Juan Pablo II distingue tres situaciones:

 

No es, evidentemente, una visión tajante, sino indicativa; se trata de grandes campos de trabajo, de situaciones entre las cuales no existen barreras. Puede haber situaciones de Nueva Evangelización donde, en la práctica, hay que dar el primer anuncio de Jesucristo.

De hecho, en la encíclica y en otros documentos, el Papa insiste en la estrecha relación e interdependencia que existe entre esas tres actividades, cuyas confines no es fácil definir.

Siguiendo la doctrina conciliar, es preciso afirmar que toda Iglesia particular, sea antigua o joven, por ser sujeto activo de los tres frentes de labor eclesial: tanto de la actividad misionera ad gentes como de la Nueva Evangelización y de la atención pastoral.

Eludir una correspondencia en cualquiera de esos frentes de actividades, significaría para una Iglesia particular un peligro, para su misma catolicidad.

Para definir la Nueva Evangelización podemos decir que es la proclamación actualizada del evangelio de Jesucristo, a partir de sus raíces más profundas, teniendo en cuenta las luces y las sombras de la evangelización y los desafíos actuales.

·        El mismo Juan Pablo II nos indica que no se trate de reevangelización, como si la primera evangelización hubiese sido un fracaso. Significa sólo que hay desafíos nuevos que necesitan respuestas válidas.

·        Tampoco se trata de predicar un nuevo Evangelio, diverso del primero; ya que hay un único Evangelio, en el que se puede encontrar luz nueva para los nuevos problemas.

·         No es ruptura con la Evangelización del pasado, ni tampoco una vuelta al pasado después de los cambios realizados con el Concilio Vaticano II.

·        Ni es una especie de maquillaje superficial, o un tema de estudio, o un mero proyecto para el futuro sin sustento pastoral en el presente.

·        Incompleto resulta también, entender la Nueva Evangelización como sinónimo de catequesis a los adultos, para fortalecer su fe frente a las crisis provocadas por el ambiente y la cultura materialistas de hoy.

Cuando el Papa Juan Pablo II habla de la Nueva Evangelización dice claramente que debe ser nueva en su ardor, en sus métodos y sus expresiones.

·        Nueva en su ardor: lo que está implicando es el entusiasmo , la convicción profunda, la fe valiente, la fuerza espiritual, la movilización del potencial evangelizador de  la Iglesia, la promoción de cristianos evangelizadores, el redescubrimiento de la identidad personal, la alegría de la pertenencia, la nueva capacidad de comunicación y de diálogo. 

·        Nueva en sus métodos: lo cual supone que  está dispuesto a revisar las instituciones mediadoras de evangelización ( congregaciones, organismos diversos,... ), las estructuras pastorales por las que se evangeliza ( parroquias, métodos, ... ), los métodos concretos de acción pastoral ( en el orden de la palabra, el culto, la caridad , ... ) signos y los símbolos, el lenguaje y la comunicación...

·        Nueva en su expresiones: sin duda implica todo lo que se refiere a los contenidos que se proclaman, al lenguaje con que se proclama y las categorías con que se trasmite, a los signos y símbolos como se expresa, a las formas de comunicación que se utilizan. Por tanto, supone que debe hacerse una revisión seria de todo ello, de modo que se identifique aquella novedad, según el cual, al mismo tiempo que se es fiel al evangelio de Cristo, se es fiel a la capacidad de comprensión y a la sensibilidad humana y religiosa del hombre actual.

Otros aspectos de la novedad son:

Esta novedad se percibe de forma evidente, si atendemos a las unidades políticas, a las estructuras sociales, económicas y familiares, a la disposición de medios y al tipo de vida, que configuran a este hombre concreto.

Dada esta novedad, el mensaje del evangelio debe proclamarse, no al margen de la misma, sino teniendo en cuenta sus características, discerniendo sobre sus valores y contravalores, asumiendo su riqueza y sus riesgos.

No intentamos evangelizar a cualquier hombre de cualquier época, sino a este hombre concreto de esta época histórica concreta, que vive y piensa y trabaja y se ordena y sufre y espera de esta forma bien determinada y diferenciada.

            

En la medida en que seamos capaces de proclamar con fuerza testimonial este mensaje, en esa medida la evangelización de siempre será la nueva evangelización de ahora.

La Nueva Evangelización debe ser capaz de responder a los grandes desafíos de hoy que, desde el punto de vista religioso, se pueden resumir así:

 

En conclusión podemos decir:

 

La llamada del Papa a una Nueva Evangelización nos sitúa ante una empresa sin precedentes en la historia de la Iglesia. El campo que hemos de sembrar es inmenso; la tarea, inacabable; las dificultades, imprevisibles, y los enemigos, incontables. No va a ser un desfile triunfal por las calles del mundo, sino una pesada labor que tendremos que realizar caminando con la cruz tras el Maestro.

Es necesario templar el ánimo en el fuego de la fe para resistir, sin romperse, los golpes de la adversidad.

Las advertencias de Jesús a los suyos cuando los envió  a predicar resuenan de nuevo en nuestros oídos como una llamada al sacrificio: “Miren que les mando como ovejas entre lobos; por eso sean sagaces como serpientes y sencillos como palomas. Pero no se fíen de la gente, porque les entregarán a los tribunales, les azotarán en las sinagogas y les harán comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa; así darán testimonio ante ellos y ante los gentiles. Cuando los arresten, no se preocupen de lo que van a decir o de cómo lo dirán: en su momento se les sugerirá lo que tienen que decir; no serán ustedes los que hablen, el Espíritu de nuestro Padre hablará por ustedes” (Mt 10, 16-20).

Jesús no promete poder, triunfo y popularidad, sino persecución. Y advierte que es necesaria la prudencia de quien sabe la lucha que le espera y a la vez la sencillez de quien confía en la fuerza de Dios.

Quienes hayan oído en su interior la llamada del Señor, que en estos tiempos resuena en los requerimientos del Papa, han de saber que se les llama no a participar en una fiesta, sino a emprender una fatigosa tarea.

La empresa merece la pena: es un tesoro; pero quienes han de llevarla a cabo sentirán todo el peso de su propia humanidad. Se sentirán débiles y frágiles como jarra de arcilla que se quiebra de un golpe. En ello han de ver el signo de que es Dios quien está comprometido y de que ellos sólo son unos pobres instrumentos en sus manos.

 Superada la primera prueba – la del medio-, tendrán que soportar flagelos aun mayores por parte de los enemigos de la salvación. Habrán de sufrir males físicos y espirituales. Que recuerden entonces que la persecución ha sido siempre lo que ha legitimado a los profetas. Y que no tengan miedo ni duden en su interior.

 Su sufrimiento es participación en el sufrimiento de Cristo – ese es su sentido y fuente de salvación para los hombres – ese es su valor-.

 Su dolor es un dolor fecundo, como el de la mujer al dar a luz, como el de la semilla cuando se abre en el seno de la tierra para florecer en primavera.

Tomado de la Nueva Evangelización – Comunicaciones sin Fronteras.

 

3.- LA FORMACIÓN INTEGRAL

Pero, ¿qué es formar?.  Muchos han entendido y entienden la formación como una mera instrucción.  Formar sería entonces la tarea de unos pocos “ya formados”, quienes unilateralmente indicarían el camino a los demás, convirtiendo así la formación en un ejercicio más intelectual que experiencial y vivencial.  Formar es generar en los jóvenes y en los grupos nuevas actitudes de vida y nuevas capacidades que les permitan ser, clarificar sus proyectos de vida, vivir en comunidad e intervenir eficazmente para la formación de la realidad.  En esta visión, a formación es un proceso de crecimiento, tanto personal como grupal y social, con metas claras a alcanzar  y profundamente encarnado en las condiciones históricas y sociales en que se vive.  Se trata de un proceso de educación no formal que requiere del asesor una gran capacidad de escucha, una enorme disponibilidad para “perder el tiempo” con los jóvenes dónde y cuándo ellos quieran y un decidido impulso a una pastoral que responda a sus verdaderas necesidades.  No es lo mismo ser docente en un instituto de formación dentro de un horario, en una sala de clase, con un programa predefinido de objetivos y contenidos, que asesorar grupos de jóvenes en una parroquia o en un ambiente donde el mismo asesor tienen que ir a los jóvenes, convocarlos, motivarlos, animarlos y acompañarlos.

Muchos piensan también, que la formación es un conjunto amplio y bien elaborado de “actividades formativas”.  Formar sería entonces realizar cursos, jornadas y encuentros, no siempre muy integrados unos con otros y coherentes entre sí.  En un proceso de educación no formal, lo doctrinal y lo conceptual son el punto de llegada y no el punto de partida.  No se niega la importancia de todas esas actividades; sólo se quiere afirmar que solas no bastan y que son válidas en la medida en que estén ligadas al núcleo formativo por excelencia que es la acción. No se quiere caer en la tentación del “primero formar para después actuar” ni en la del activismo de “la acción por la acción”.  A través de metodologías adecuadas se propone una formación en la acción donde se ofrezcan al joven la posibilidad de realizar una acción reflexionada y de tener una reflexión comprometida.  Desde colaborar en la preparación del lugar de la reunión o dirigir un juego, hasta sistematizar su propia experiencia, pasando por dialogar en el grupo, orientar una reunión, preparar una celebración, organizar una actividad o planificar una acción, los jóvenes van adquiriendo la capacitación técnica.

Para hacer bien lo que importa hacer.  La acción concreta en su realidad de trabajo, en la universidad, en la familia, en el barrio es la mejor escuela de formación: se forma para la vida misma.  La reflexión no es un momento separado de la acción.

Al  hablar de la pedagogía pastoral se hizo referencia al carácter integral de este proceso de educación en la fe.  Para tener en cuenta la multiplicidad y riqueza de aspectos del crecimiento de la persona y el carácter procesual de su maduración, se propone un proceso de formación integral que atiende siete DIMENSIONES la relación con la sociedad, la relación con Dios, la relación con la Iglesia, la  relación con la naturaleza y la relación con la técnica.

DIMENSIONES DE LA FORMACIÓN INTEGRAL

Se ha dicho que la formación es un proceso teórico-práctico que tiene como punto de partida la vida del joven y que vuelve a la vida para proyectarse en nuevas actitudes y capacidades.  Si el centro de la formación es la vida del joven, los planes de formación deberán responder a las diversas dimensiones que la conforman.  Para que la formación sea integral, hay que procurar abarcar a todo el joven y ayudarlo a integrar su persona en una unidad que la vaya facilitando la realización de su proyecto de vida.

Se presenta a continuación una breve descripción de cada una de las siete dimensiones señaladas anteriormente y de los correspondientes procesos de crecimiento que se van desarrollando en la vida de los jóvenes.

a.-RELACIÓN DEL JOVEN CONSIGO MISMO:  Se intenta que el joven inicie un proceso de maduración personal, de aceptación de sí mismo y de su condición de hijo de Dios; donde va desarrollando varios aspectos de su personalidad:  asume su afectividad y su sexualidad; se ejercita en la autocrítica y el autoperdón, adquiere autoestima en la autocrítica y el autoperdón, adquiere autoestima y confianza en sí mismo cultiva valores humanos como la fraternidad, la autenticidad, la solidaridad, la comunicación profunda y la capacidad de acogida al otro; se descubre como ser histórico – en relación, en situación y en proyecto – y se plantea la pregunta acerca del sentido de la vida.

b.-RELACIÓN DEL JOVEN CON EL GRUPO:  El joven inicia un proceso de integración grupal donde se potencian las relaciones humanas interpersonales que lo llevarán a la madurez personal, a la profundización de la amistad y al descubrimiento de los otros.

 En el grupo va encontrando respuesta a sus expectativas, va pasando de relaciones más amplias en el grupo más grande a relaciones más personalizadas en grupos más reducidos.  El grupo le ayuda en la transición entre los objetivos e intereses personales con los objetivos e intereses comunes y grupales.

c.-RELACIÓN CON LA SOCIEDAD:  El joven inicia un proceso caracterizado por el paso de las relaciones, problemas e intereses inmediatos, al planteo más amplio de las cuestiones económicas, políticas, culturales y sociales.   En un primer momento mira pasivamente la problemática social, pero luego empieza a cuestionarla a partir de las situaciones que le toca vivir diariamente.  Por la reflexión del Evangelio a partir de la realidad y por la misma experiencia grupal, va descubriendo su propia persona como ser original y en relación, su entorno social inmediato con sus valores culturales que las generan; su pertenencia a un pueblo con valores culturales propios y la opción preferencial por los pobres.

d.-RELACIÓN DEL JOVEN CON DIOS:  

 La relación del joven se va haciendo una relación más madura con un Dios cercano y amigo en la persona Jesús. Se va liberando de las imágenes deformadas de Dios.  Esto implica valorar las “semillas del Verbo” ya presentes en su experiencia juvenil y descubrir que Dios lo ama y le propone un proyecto de vida. De este modo la fe del joven se va convirtiendo en un “estilo de vida” que expresa su opción de seguir a Jesucristo y vivir los valores del Evangelio.

e.-RELACIÓN DEL JOVEN CON LA IGLESIA:  El joven comienza a desarrollar su sentido de pertenencia a una comunidad creyente que le propone una vivencia de fraternidad, de comunión y de participación.  Descubre también la realidad eclesial con sus virtudes y defectos, aprende a amarla y ve la necesidad de estar en una actitud de constante conversión.  Comienza a profundizar la reflexión teórica sobre  la Iglesia como comunidad de comunidades, servidora de la vida, pobre y solidaria con los pobres, sacramento de la presencia de Dios.

f.-RELACIÓN DEL JOVEN CON LA NATURALEZA:  El joven comienza a identificarse como parte de la naturaleza, como parte de la CREACIÓN divina del Padre.  El joven busca nuevas formas de relación con el medio ambiente que le permita vivir más dignamente en esta tierra.  El joven es capaz de reflexionar y denunciar la explotación irracional de los recursos naturales y a la contaminación ambiental.  Se sienten responsables de la creación y aplican sus conocimientos para promover un uso más eficaz de los recursos naturales que Dios ha creado para beneficio de todos.

g.-RELACIÓN DEL JOVEN CON LA TÉCNICA:  Muchos jóvenes desarrollan su actividad estudiantil y laboran en permanente contacto con la ciencia y la tecnología.  Los nuevos descubrimientos tecnológicos favorecen su crecimiento, los ayudan a plantear mejor sus problemas y ser más eficaces y crean en ellos una nueva sensibilidad y una nueva manera de ver, entender y ubicarse frente a la realidad.  Se prima la ética del Evangelio y se pone la técnica al servicio de la vida.

 

5. RESPONSABLES

Cuando se habla de responsables de la formación se puede decir que: Cada uno es quien más debe asumir la responsabilidad de su propia formación misionera. La Iglesia a través de las OMP y en concreto de la Juventud Misionera tiene la responsabilidad a nivel nacional y local de ofrecer, como un servicio, esos elementos para la formación.

De manera muy especial el párroco y los demás asesores deben acompañar y ayudar a los jóvenes en esa formación misionera.

Además, hay actividades y medios que se viven y se proporcionan en el grupo de Juventud Misionera que pueden ser aprovechados.

Se puede afirmar, entonces, que la formación compete a todos, es hacia todos y con todos y que algunos en concreto complementan su formación por medio de la Escuela de Liderazgo Misionero Juvenil. Esta no reemplaza la formación general sino que la acrecienta. Son organizadas por las OMP Nacionales, Diocesanas y Parroquiales dentro de su programa de animación y formación misionera de los jóvenes.

Es muy importante que los sectores promuevan y aprovechen todos los medios que para su formación se ofrecen desde las OMP. Ellos, al igual que los jóvenes, deben trabajar para que su formación sea sólida y firme y una vez formados colaboren en la formación de los otros jóvenes.

 

Volver a la página de la Juventud Misionera Ir al Portal de los Misioneros