HISTORIA DE LA ACTIVIDAD MISIONERA EN SALTA

La Gran Misión Arquidiocesana del año 1992

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En el año 1992, en preparación al V centenario de la evangelización de América y al 4º centenario del culto al Señor y la Virgen del Milagro en Salta, el Arzobispo convoca a la realización de una “Gran Misión Arquidiocesana”. Se encargó al RP Juan Oddone la Dirección General de la Misión “teniendo en cuenta su conocimiento de nuestra zona y su probada experiencia en trabajos misionales”.  Esta coordinación tendría a su cargo  señalar “sólo los grandes pasos o etapas de la gran tarea misional”. Los decanatos gozarían “de la más amplia libertad para organizar su propia labor misionera” Como objetivo se propuso “Renovar la vida de nuestras comunidades mediante una sincera conversión personal y comunitaria, a la luz de la Palabra de Dios conocida y vivida, impulsada por la Gracia, que os acerque al ideal de una comunidad arquidiocesana evangelizada, solidaria y unida por el amor a Dios y a los hermanos”. La intención era “poner en marcha un verdadero proceso evangelizador, que abarque no sólo el tiempo de la misión, sino que perdure en la vida de nuestras comunidades luego”. Para esta misión se crearía el clima misional mediante el estudio de documentos misioneros de la Iglesia, se estudiaría la realidad de cada zona o comunidad a evangelizar, se motivaría a las personas, familias instituciones para que sientan la Gran Misión y la vivan como una respuesta de Dios a través de la Iglesia a sus interrogantes y búsquedas, y se prepararían agentes misioneros laicos. Para el desarrollo de la misión, ésta se realizaría en dos niveles: Laical en centros misionales cercanos a los domicilios de las familias, con el método de la catequesis de adultos con profundo sentido kerigmático; y Sacerdotal: que se realizaría en 1992, luego de haber logrado la primera evangelización de los laicos. Como post misión, “para asegurar la continuidad necesaria, se formarían pequeñas comunidades familiares y vecinas, que vivan al estilo de las primeras comunidades cristianas”.[1]

 

Evidentemente esta Gran Misión se prolongó mucho más allá de 1992. En el año 1994, el Pbro. Oscar Daniel Correa, en su carácter de director de la Comisión Central de la Gran Misión, eleva un informe al Arzobispo,  que nos da una idea de los logros alcanzados por esta Gran Misión durante los tres años que duró. En el Informe leemos que tras la conformación de una “Comisión Central presidida por el Sr. Arzobispo, por los 4 decanos del presbiterio y por 9 comisiones donde estaban representados los distintos sectores y servicios pastorales del Pueblo de Dios”, “respondieron de inmediato unas 14 parroquias y vicarías de la ciudad y de la campaña, y se formaron unos 1.500 misioneros laicos con el subsidio de 10 temas evangelizadores elaborados por la Comisión Central. Con ellos se realizaron visitas evangelizadoras en toda el área parroquial, que se iniciaron con la entronización de los dípticos del Señor y la Virgen del Milagro en unas 15.000 familias”. También se menciona la elaboración de “material evangelizador: Vía Crucis, Novena de Navidad y guías para las visitas evangelizadoras y la entronización del Corazón de Jesús” y la realización de “un Curso Taller de Biblia por radio” y la conformación de “300 grupos bíblicos, con un total de 2.000 participantes de la ciudad y de parroquias del interior”.[2]

 

 



[1] Carta a los Párrocos, publicada en el  Boletín Oficial de la Arquidiócesis de Salta, Enero/Diciembre de 1991

[2] Informe del Pbro Oscar Daniel Correa, director de la Comisión Central de la Gran Misión, fechado en marzo de 1994, que consta en los Archivos del Arzobispado de Salta

 

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